domingo, mayo 01, 2005

Ratzinger contra las mujeres

Todas, la bitácora para ellas, como se hace llamar, habla sobre la reciente designación de Joseph Ratzinger como nuevo Papa, y lo hace recordando un documento que firmó en 2004: la Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y el Mundo, publicada por el Vaticano el 31 de julio. Disculpen si pegó muchos fragmentos, pero me encantó el estilo fresco y poderoso que se usa para desenmascarar a la "potencial intelectual" que presumen tanto tiene Benedicto XVI....

"La carta es, en realidad, una de las peores producciones intelectuales del Vaticano durante el papado de Juan Pablo II. Los errores de lógica que contiene y la pobreza filosófica que la sustenta son sorprendentes, sobre todo, porque quien la firma es el Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de Congregación para la Doctrina de la Fe, y uno de los más brillantes ideólogos de la Iglesia Católica. Las debilidades de esta carta muestran que ni un hombre con la inteligencia de Ratzinger puede defender lo indefendible.

Como si la Carta a los Obispos estuviera dirigida a extraterrestres que desconocen la historia de errores y horrores de la Iglesia, ésta empieza repitiendo la arrogante auto-proclama de la Iglesia Católica como una institución “experta en humanidad”. ¿Cómo puede ser “experta en humanidad” una institución que después de casi dos mil años de existencia, publica un documento que revela que sus dirigentes todavía no logran entender las aspiraciones y necesidades de ese cincuenta por ciento de la humanidad que son las mujeres?

¿Cómo puede declararse “experta en humanidad” una institución que comete la barbaridad de argumentar que las mujeres tienen una inclinación natural a respetar “lo concreto, que se opone a abstracciones a menudo letales para la existencia de los individuos y la sociedad ”. Traducido: Las mujeres no se inclinan por lo abstracto, es decir, por las ideas, la filosofía, la teología, etc. Como dice Rosahilda Cornejo, para Ratzinger, las mujeres “no pueden ni deben intentar trascender el plano existencial concreto de la cocina.”

[...]

La Carta a los Obispos, además, encierra una contradicción colosal. El Vaticano argumenta que las leyes biológicas, creadas por el Dios de Ratzinger y de Juan Pablo II determinan lo que el hombre y la mujer son y pueden ser. Preguntémonos entonces: Si la naturaleza y el rol social de la mujer están determinados por Dios y sus leyes biológicas, ¿por qué entonces se toma la molestia el Vaticano de escribir un documento para condenar los intentos de las mujeres para escapar de esas leyes y de la voluntad de un Dios omnipotente? Muy poca fe muestran en el Dios al que rezan, o en la biología que estudian, quienes se ven obligados a argumentar a favor de lo que ellos mismos consideran como un mandato divino y un ordenamiento natural.

Las enormes debilidades y contradicciones de la Carta a los Obispos no reducen el impacto potencial que puede tener este documento en los obispos que hoy se oponen a la liberación de la mujer y a la democratización de las relaciones de género. Peor aún, esta carta puede terminar reforzando la idea central de la que depende el poder ideológico antifeminista de la Iglesia Católica: la idea del Dios Varón que, de acuerdo a la carta de Ratzinger, se encarnó en un hombre –Jesús– por razones “importantes y relevantes”.

La defensa del Dios Varón es el motivo central de la Carta a los Obispos. Este documento condena el enfoque de género porque de acuerdo a la Iglesia, su orientación teórica, sus premisas y sus argumentos, “considerarían sin importancia e irrelevante el hecho de que el Hijo Dios haya asumido la naturaleza humana en su forma masculina”. Dios, de acuerdo a la Iglesia, prefirió encarnarse como hombre. Después de todo, decía Santo Tomás de Aquino, en su Suma Teológica, la mujer es una “cosa imperfecta y ocasional”. Y agregaba: “la mujer se halla naturalmente sometida al hombre, en quien naturalmente hay mejor discernimiento de la razón”.

En la antojadiza antropología bíblica del Cardenal Ratzinger, la condición de subordinación en la que ha vivido la mujer a través de la historia cristiana, se presenta como el resultado de una decisión divina: un castigo del Dios Varón contra la mujer por su participación en el “pecado original”. En otras palabras, Adán y Eva pecan, pero Dios castiga con especial saña a Eva por razones que, según la embrollada lógica de Ratzinger, debemos también de considerar como “importantes” y “relevantes”. Dice la Carta a los Obispos: “En las palabras que Dios dirige a la mujer después del pecado se expresa, de modo lapidario e impresionante, la naturaleza de las relaciones que se establecerán a partir de entonces entre el hombre y la mujer: ‘Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará’”(Gn 3,16).

Mil ochocientos años atrás, Tertuliano de Cartago utilizaba la misma interpretación bíblica de Ratzinger y su jefe Juan Pablo II: “Cada mujer debiera estar caminando como Eva, acongojada y arrepentida, de manera que por cada vestimenta de penitencia, ella pueda expiar más completamente lo que ella obtuvo de Eva, –el estigma, quiero decir, del primer pecado, y aborrecimiento, atado a ella como la causa de la perdición humana. ‘Con dolor darás a luz a tus hijos, necesitarás de tu marido y él te dominará’”.

Pero no nos preocupemos, nos dice Ratzinger, Dios a través de Iglesia Católica ha decidido levantar el castigo a la mujer. Todo lo que ella tiene que hacer para hacer sonreír a Dios es seguir el ejemplo de la Virgen María y “sus disposiciones de escucha, acogida, humildad, fidelidad, alabanza y espera”.

Amén, así sea, las mujeres para eso son, para servir parece afirmar Benedicto - que en realidad no tiene nada de bene, bueno... Si no,sólo pregúntense... ¿quién le tiende la cama? ¿Quién le hace de comer? ¿Quién le sirve en la mesa? ¿Quién le lava sus santos calzones? ¿El Cardenal Angelo Sodano acaso? ¿El prelado del Opus Dei? Porfavor... Son unas monjas que les hacen creer con un poco de cocowash que se van a hacer santas sirvéndole al gerontocrático patriarcado del Vaticano. Ore, labore y chingasole, pareciera ser el nuevo mantra. Y lo peor es que les dicen que lo hagan como lo hizo María!!! Que ella sí era de armas tomar y nada sumisa, si no lean como hasta el mismo Dios le pide permiso para ser la madre del mesías, y como ella le ordena a Jesús que ya se pusiera a chambear en las bodas de Canaan. María fue de las primeras feministas de la historia humana, ahhh pero no lo digan fuerte: ¡no la vaya a excomulgar Benedicto!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,
Soy una estudiante hembra americana. Estoy en los estudios de las
mujeres. Me gustaría saber si las condiciones pues mujeres en México
han mejorado desde Vincente Fox se convirtió en presidente. ¿Tienen
las mujeres más igualdad? ¿Tienen el derecho de escoger aborto?
Gracias por cualquier ayuda que usted puede dar. (Por favor perdone mí
español, y gracias por su paciencia.)
Claudia Bolinger

Anónimo dijo...

Los llamados derechos de la mujer desde el feminismo: aborto, prostitución,anticoncecpión...juaz...los derechos del diablo mejor dicho.

viva Cristo rey carajo !!!