lunes, julio 17, 2006

Roger Bartra: la cultura priista se reproduce en los espacios de la izquierda

Ayer como les decía Reforma publica una entrevista a Roger Bartra, y creo vale la pena que la lean. Creo que vale la pena aclarar que no soy de derecha ni de izquierda: apoyo la libre decisión de las mujeres sobre sus embarazos, la legalización del derecho a la muerte digna y al derecho de gays y lesbianas a casarse, además de que se fortalezca el estado de bienestar para los más pobres. Pero no apoyo que el gobierno sea el único que produzcan distribuya y venda energía a través de sus monopolios, no apoyo que una izquierda que se dice moderna no critique el abuso de los derechos humanos que comete la dictadura de Castro al pueblo cubano, no apoyo que el gobierno decida la moral pública como cuando la policía detiene a jóvenes por sólo vestir de una forma u otra, no apoyo que el estado favorezca a empresas a través de impuestos indirectos como lo hizo con la ley televisa, y no apoyo que el estado favorezca una religión sobre otra (¿porqué poner nacimientos en Los Pinos o en el Paseo de la Reforma?). Ni de izquierdas ni derechas, prefiero buscar otros parametros, como estar por la igualdad y la libertad o no.


Copio la entrevista entera:


" El antropólogo y ensayista aborda temores y dudas sobre la crisis postelectoral. El futuro de la democracia mexicana, dice, pasa por un gobierno de coalición y la participación de los intelectuales. Los ciudadanos hemos ganado. Espero que los políticos no provoquen un retroceso. Ese retroceso sería una guerra y pensar que ha habido una guerra y que no ha terminado, es peligroso


Mario Gutiérrez Vega

A Roger Bartra le inquieta el destino que tendrá el proceso democrático en el país. "La concepción de que hemos pasado por una guerra es muy dañina, no ha habido tal y no debe iniciarse una guerra", suelta en una frase que parece resumir todos sus miedos.

Bartra (Ciudad de México, 1942) es uno de los antropólogos sociales más influyentes del país. Ha estudiado por más de 30 años la condición del mexicano, sus rasgos y la construcción de su identidad. Quizá por eso aún desconfía de los políticos. Confiesa su escepticismo respecto a la reacción que tendrán en la actual escena postelectoral.

"Si hay una guerra entonces debemos reclamar a los políticos, que se van a convertir en generales", advierte.

Conocedor de los procesos sociales contemporáneos del país, Bartra critica la irresponsabilidad de los actores políticos al generar un escenario de confrontación que pudo evitarse. Pone un ejemplo: en los comicios federales de 1994 existían situaciones aún más graves -como el levantamiento zapatista y el asesinato del candidato priista Luis Donaldo Colosio- que podrían haber llevado a la polarización social y al enfrentamiento. No sucedió.

Hoy, considera que la democracia mexicana está sometida a una dura prueba de resistencia, la cual llegó más rápido de lo deseado.

¿La crisis postelectoral puede afectar el proceso democrático?

Si se agudiza mucho puede hacer retroceder lo que hemos ganado en condiciones democráticas. Espero que no suceda, pero no estoy tan seguro.

¿Qué sabor de boca le deja el proceso electoral?

Ha sido una verdadera escuela, una enseñanza permanente a masas enormes de ciudadanos sobre cómo son las entrañas de las elecciones, los pequeños detalles, sus intrigas y su grandeza. Es una escuela formidable y espero que no desaprovechemos esta lección de democracia.

- Ha sido un aprendizaje intenso y muy rápido.

Sí, esa pequeña distancia de 200 mil votos nos pone a prueba a todos, a los que ganan, a los que pierden y a los ciudadanos. Hubiese preferido que esta prueba llegase más adelante, pero no fue así.

¿Los ciudadanos salimos fortalecidos?

Sí, los ciudadanos hemos ganado. Espero que los políticos no provoquen un retroceso. Ese retroceso sería una guerra y pensar que ha habido una guerra y que no ha terminado, es peligroso.

¿Ya nos acostumbramos a lo que implica la democracia?

No, la democracia está muy tiernita, tiene apenas seis años. Es una situación extraña el hecho de que tan pronto haya sido puesto a prueba el sistema democrático ante una diferencia de pocos votos entre los punteros. Para una democracia que apenas comienza es una situación muy difícil y el reto es enorme.


Domesticar a los políticos

Bartra es un intelectual identificado con el pensamiento de izquierda. Sin embargo, su obra como escritor y ensayista refleja una constante crítica a esa posición ideológica. Hoy dice sin tapujos que la izquierda mexicana se equivocó. "Lo que ha sucedido es una situación trágica desde el punto de vista de alguien que, como yo, ha desarrollado ideas desde la izquierda", señala con un dejo de resignación.

Sus palabras apuntan a los errores cometidos por Andrés Manuel López Obrador en el transcurso de su campaña por la Presidencia de la República y a la acción de la izquierda que califica como "atrasada y conservadora".

Y acusa: la izquierda en México está "aceptando el basurero del autoritarismo" al presentar ideas viejas como nuevas y aparentar un cambio.

Bartra pide al PRD y a los grupos de izquierda no volver a equivocarse. Ante el escenario postelectoral marcado por marchas y denuncias de fraude, considera que el perredismo debe colaborar para establecer un gobierno de coalición, la única vía que parece idónea para hacer coincidir a las fuerzas políticas. "Es necesario un movimiento ciudadano importante que exija a los políticos la coalición. Necesitamos domesticar a nuestros políticos y evitar que tiren tanta basura a la sociedad".

Este doctor en sociología por la Universidad de la Sorbona (París) y especialista del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM reclama sensatez a los candidatos y prudencia a los partidos políticos para evitar "muertos políticos".

Usted ha escrito que el movimiento del 68 fue el inicio de la transición democrática en México, ¿qué lugar ocupa el 2 de julio del 2006 en ese proceso?

He hablado de dos transiciones. Una lenta que transforma la cultura política y otra político-electoral que es un poco más rápida. En el 68 inicia un ciclo de transformación de la cultura política, pero hay que esperar hasta 1988 cuando inicia la transición política que es terriblemente lenta. Hay que esperar 12 años.

El ciclo cultural de la transición democrática está en marcha todavía, los nuevos mecanismos de legitimidad política no están todavía bien desarrollados. No hay lo que Habermas llamaba un "patriotismo constitucional", es decir, que la ciudadanía esté orgullosa de haber superado el autoritarismo nacionalista revolucionario y crea en los mecanismos de representación democrática. Eso no está generalizado, es necesario que la cultura cívica-democrática se asiente.

¿Esa cultura falta en los políticos o en los ciudadanos?

Falta más en los políticos que en los ciudadanos, pero también hay que reconocer que una parte de la ciudadanía desconfía de la democracia por motivos poco democráticos. No acaba de comprender que la democracia es un mecanismo de representación y de gobierno, pero no es un mecanismo de redistribución de recursos económicos. Esta confusión es trágica, hay quien piensa que la democracia es salir de la miseria y ya.

¿Todavía cree en la salvación del país a través de los procesos democráticos?

No creo que el país esté en peligro. La democracia a largo plazo puede ser un acicate para el desarrollo económico, para instalarnos en una órbita de desarrollo importante y poder competir con otros países.

¿Qué recuento de los daños hace del proceso electoral?

Espero que no tengamos que recoger demasiados muertos en el camino, que no haya demasiados daños.

¿Habla de cadáveres políticos o cadáveres reales?

Muertos políticos, aunque a veces evocan la violencia real que genera muertos de verdad. Lo más sensato es que exista un gobierno de coalición, pero me temo que López Obrador no es un hombre sensato y no va a aceptar. Entonces vamos a vivir una complicada confrontación en donde es muy difícil prever hacia dónde irá y cuántos cadáveres políticos dejará en el camino... y espero que sólo sean cadáveres políticos.

¿Hacia dónde va el país?

Un triunfo tan estrecho de Calderón obliga a cambios importantes en el sistema político. Habrá momentos críticos y jaloneos que van a obligar a importantes reformas políticas. Espero que la clase política haya aprendido la lección, pues no se comportaron a la altura de los acontecimientos políticos del 2000.

Desde entonces yo clamaba por una coalición política pero no hubo manera, el gobierno de Fox se vio obligado a una especie de coalición que era traicionada en cada momento por el PRI. La coalición debió haber sido con la izquierda. Ahora es todavía más evidente que la coalición política debe ser con la izquierda. ¿Lo verá la izquierda? Espero que sí, que una parte de la izquierda reconozca la necesidad de un gobierno de coalición y acepte lo que está ofreciendo Calderón, pero entiendo que es una posición utópica.

¿La división de votos corresponde a una división del país en dos?

No, esa división es exagerada. El país está dividido en más partes y es mucho más importante la división entre las zonas rurales y urbanas, por ejemplo. Además, hay que contar que el 20 por ciento votó por el PRI, no es poca cosa. Uno piensa que se hundió y desapareció el PRI pero no es cierto. Se ha debilitado considerablemente, pero es un partido importante.



Legitimidad

¿El próximo sexenio será definitivo o definitorio del rumbo del país?

Es definitorio en el sentido de que van a consolidarse tendencias de larga duración. No sé qué tan largas, pero esas tendencias ya están operando aunque son difíciles de localizar. Lo más difícil es descubrir en el presente las tendencias de larga duración que se han estado gestando desde el 2000 y se van a definir en el próximo sexenio.

¿Qué se debe construir en los próximos seis años?

Consolidar el Estado democrático.

¿Qué le debemos exigir al próximo gobierno?

Lo primero es que logre gobernar, parece una broma pero no es tan sencillo. Tiene que lograr la gobernabilidad.

¿Y construir legitimidad?

Eso se construye a más largo plazo. Desde hace un tiempo la legitimidad democrática en México pasa por una institución autónoma y ciudadana que es el IFE, aunque en estos momentos está en una situación difícil. La clase política está poniendo en duda su actuación y eso es extremadamente peligroso. Una de las primera tareas es fortalecer al IFE y a una serie de instituciones autónomas, como la UNAM, porque nos ha costado mucho trabajo construir esas autonomías.

¿Es el mayor reto del gobierno actual?


Hay un peligro de turbulencia difícil de aquí a diciembre y después el Presidente electo debe construir una importante legitimidad.



Abrir la jaula

Bartra ha estudiado las condiciones del poder político. Lo ha realizado con rigor metodológico y desde una postura crítica que se refleja en su obra escrita.

En 1981 apareció Las redes imaginarias del poder político, libro en el que analiza y desmitifica, a través de ensayos, algunas teorías sobre el poder. Con este texto, Bartra inició el recorrido de lo que sería su investigación y preocupación intelectual en los años siguientes: la condición de lo mexicano y la influencia determinante del sistema priista en toda la sociedad.

Años más tarde, en 1987, publicó La jaula de la melancolía, donde describe la evolución del mexicano a partir de mutaciones animales e históricas que permiten acercarse a estudiar y entender la construcción de la identidad nacional.

Bartra vincula pasado y presente en sus investigaciones. Utiliza el término "postmexicano" para avisar del surgimiento de una nueva generación de ciudadanos a partir de los cambios democráticos y culturales ocurridos en el país. "Ya estamos en una condición postmexicana en el sentido que ese México bronco, tradicional, revolucionario y nacionalista está muy debilitado, está retrocediendo".

Este investigador es conocido por sus trabajos sobre las redes imaginarias y por su interés en la construcción del poder. Entre sus libros se encuentran: El salvaje en el espejo, El salvaje artificial, Oficio mexicano: miserias y esplendores de la cultura, La sangre y la tinta: Ensayos sobre la condición postmexicana, La democracia ausente y Cultura y melancolía: las enfermedades del alma en la España del siglo de Oro.



¿Con el triunfo de Calderón seguirá "enjaulado" el mexicano?


La jaula de la melancolía en la que estaba encerrada la cultura mexicana se ha abierto. Aunque nos hemos escapado de esa jaula todavía no hemos encontrado un nuevo espacio. La jaula de la melancolía no ha sido sustituida plenamente por un espacio cívico, ciudadano y de carácter democrático. Estamos en esa transición, ésa es la lenta transición cultural.



¿El triunfo del PAN es el triunfo del continuismo como dicen algunos especialistas?

Es relativo. Continuismo habría sido que ganase el PRI. Hubo el temor de que el gobierno panista de Fox fuese un paréntesis y que quedase en la historia. Es un error de apreciación del PRD establecer una lucha contra el cambio como si estuviesen luchando contra el PRI, cuando en realidad era un gobierno nuevo, diferente.



¿La realidad es que seguimos luchando contra el PRI?

Sí, desde la perspectiva de la cultura política. Esa enfermedad en que acabó convertida la cultura priista en los últimos años hizo metástasis en la izquierda y ahí desarrolló un tumor maligno. La cultura priista se reproduce en los espacios de la izquierda y es una desgracia.


Y más allá de los políticos, ¿en los mexicanos sigue enraizado el PRI?

Aunque se ha roto la jaula de la melancolía de todas maneras las tradiciones nacionalistas siguen siendo importantes. Es un poco como la cultura peronista en Argentina que funciona aún hoy. Es un peligro, pero vamos a ver si con el triunfo de la derecha se evitó, hasta cierto punto, que el cadáver priista pudiera resucitar en el PRD.

- Ha escrito que existe una operación de rescate del nacionalismo a partir del populismo, ¿podrá existir un rescate del nacionalismo a partir del catolicismo?

Desde luego es un peligro. Las tradiciones nacionalistas de México, las hegemónicas, tienen un contenido revolucionario, pero hay un nacionalismo católico que exalta el lado guadalupano e hispanizante, sin embargo es débil y bastante marginal, tiene muy pocos ideólogos.

¿La Iglesia Católica se fortalece con el triunfo panista?

Espero que Calderón salga con la sorpresa de que va a ser un Presidente que va a utilizar mucho menos los símbolos religiosos. Espero que esa manipulación de la simbología católica quede desterrada.

¿Le asustan las sotanas en la política?

Hay que cerrarle el paso a eso porque la Iglesia no debe intervenir en política. Desgraciadamente la tradición salinista le abrió camino a ese lado de la Iglesia que interviene en política. Pero no sólo lo propició Salinas de Gortari, también la izquierda. El movimiento zapatista fue acompañado de una presencia mayor de la Iglesia, por ejemplo.



Activar a los intelectuales

En sus ensayos y textos académicos, Bartra ha cuestionado con insistencia el compromiso de los intelectuales y su papel cada vez menos relevante en la sociedad.

Ha tenido contacto con el círculo intelectual mexicano a través de la academia y en sus incursiones como editor en la prensa escrita. Esa experiencia le ha permitido conocer que los políticos prescinden de los intelectuales.

Bartra urge a que los intelectuales participen en la recomposición política del país. Como integrante de la generación del movimiento del 68 propone recuperar la tradición cultural de ese levantamiento social y retomar sus elementos democráticos. "El embrión de la cultura democrática contemporánea estaba ya en el movimiento del 68. Debemos rescatar esa idea y plantear esa gran transición cultural".


¿Qué papel le toca a la izquierda, más allá del PRD?

Necesita con urgencia una modernización. Es necesario construir una izquierda moderna y la entiendo como una de carácter socialdemócrata, reformista y democrática que acepte integrarse en el mundo globalizado. Ese espacio socialdemócrata prácticamente no existe en nuestro país y para desgracia de nuestra cultura política la tradición socialdemócrata ha sido siempre perdedora. Dentro del PRD no hubo manera de que avanzara, siempre las posiciones populistas y nacionalistas se comían a las posiciones socialdemócratas.

¿Qué papel tienen los intelectuales de izquierda?

Es muy importante. Una corriente socialdemócrata, además de estar basada en movimientos populares, debe tener una sólida base intelectual. Desgraciadamente ahí ocurre lo mismo que con los políticos, predomina esa cultura populista conservadora que es responsable de haber bloqueado discusiones políticas de alto nivel entre los intelectuales.

¿La refundación de la izquierda mexicana pasa por los intelectuales?

Espero que la crisis que estamos viviendo active lo suficiente a políticos e intelectuales a abrir esa posibilidad. Es una esperanza, espero que no sea utópica. Lo grave de la crisis amerita una reflexión y volver a discutir los fundamentos políticos e ideológicos de la izquierda.

¿Y en este conflicto postelectoral cuál es el papel del intelectual en general?

El intelectual tiene que dejar de ser un firmante apoyador de partidos políticos. Su función es pensar, reflexionar y proponer sus ideas a la sociedad y discutirlas con los políticos y con otros intelectuales.



Eso se ha hecho poco.

Muy poco y cuando han existido planteamientos políticos de algún intelectual no se discuten, se reciben insultos y hay confrontación de carácter sentimental. Espero que la crisis postelectoral estimule una discusión intelectual de alto nivel sin esa agresividad con la que han luchado los políticos.

¿Existe un desprecio por las opiniones del intelectual?

Tanto en la izquierda como en la derecha hay una actitud antiintelectual en los políticos. En el PRD como en el PAN los intelectuales no son bienvenidos, es una desgracia. Son bienvenidos como operadores, pero no como pensadores.

¿La recomposición política de México pasa por los intelectuales?

Desde luego. No se puede recomponer el sistema político sin los intelectuales. Podrán no ser el factor clave y determinante, pero sí indispensable. Sin ellos es difícil construir un futuro con alternativas.

-Hay intelectuales que hablan de refundar el país. ¿Debe refundarse?

Los países se refundan o cambian sin que tengan la intención de hacerlo. Cuando alguien tiene esa intención es peligroso. Los políticos que quieren refundar un país son peligrosos. Los países cambian por grandes procesos sociales, económicos y culturales, pero mucho tiempo después nos damos cuenta de esos cambios y su importancia.

¿Es tiempo de hablar de una nueva Constitución?

Sí, desde luego. Ya deberían empezar a trabajar en eso. Sólo desde un gobierno de coalición se puede pensar en reformar la Constitución porque tiene que haber una mayoría importante y una gran legitimidad.

¿Sería la mejor celebración de Independencia y Revolución en el 2010?

No la asociaría a fechas mágicas. Es mejor que la Constitución sea reformada ahora o el año que entra, no veo por qué esperar tanto tiempo. En cierto sentido, nos convendría pasar esas fechas simbólicas en blanco.

¿Por qué?

No es época de revoluciones y ésa es una fecha que hace referencia a dos movimientos armados. Los mexicanos del siglo XXI no queremos revoluciones.

1 comentario:

Mario Ballesteros dijo...

hola.
siguiendo en la línea de las elecciones:
http://eleccionesmexico2006.blogspot.com
es el blog de un amigo, bastante bien armado. a mí que sigo el proceso desde lejos me ha sido muy útil...
saludos