jueves, septiembre 28, 2006

El agua estancada se fermenta...

... y se pudre, decía el gran William Blake. Tristemente, esta creo es la metafora perfecta para explicar la situación actual de la iglesia católica. No solamente la jerarquía se afana en discriminar a mujeres y a homosexuales, sino a sus presbiteros mismos, y todo por el hecho de amar. Otra cita me llega a la cabeza: "Tenemos la suficiente religión para odiarnos, pero no para amarnos el uno al otro", de Jonathan Swift, en "The Battle of the Books And Other Short Pieces" al inicio del capítulo XVI: "Thought on various subjects".

Todo esto lo traigo a colación por que Ratzinger mandó excomulgar al obispo Milingo - no porque se haya casado, sino porque ordenó a sacerdotes casados como obispos. Y claro, el castigo se ve como un castigo al hecho de ser sacerdote y casarse, práctica aceptada - y fomentada - en la iglesia anglicana y en el judaísmo mismo. Religión Digital reporta como no sólo la iglesia pierde día a día no sólo la bendición de las mujeres, sino como ya ha perdido a 100 000 curas, solo por ser casados... Copio el artículo:

"La excomunión del arzobispo jubilado Emmanuel Milingo por ordenar obispos a cuatro curas casados ha puesto de nuevo sobre la mesa el tema del celibato en la Iglesia Católica y la situación de los cien mil curas católicos que, según fuentes religiosas, están casados.

De esa cifra, unos 20.000 viven en Estados Unidos, 10.000 en Italia y 6.000 en España, según las asociaciones de sacerdotes casados.

Los sacerdotes católicos son unos 400.000, lo que supone, según las cifras de esas asociaciones, que el 25 por ciento no respeta la normativa emanada por el Vaticano.

Algunos de los sacerdotes casados se redujeron al estado laical, pero algunos ofician celebraciones litúrgicas en comunidades de base y otros ejercen su ministerio pastoral en parroquias, con el conocimiento del obispo de la diócesis.

Según contó a EFE un sacerdote casado, los únicos que no saben su estado son sus feligreses. Otros, sin embargo, no dudan en mostrar a sus esposas e hijos a la comunidad donde prestan servicio.

Los curas casados defienden el celibato libre y mantienen que el impuesto por la Iglesia Católica no encuentra base ni en la Biblia, ni en la Tradición, ni en la Teología, y el mismo no supone un mayor servicio a la comunidad cristiana, como precisaron los obispos en el Sínodo del pasado año.

Según Julio Pinillos, sacerdote secularizado y casado, el cura casado 'que debe vivir de su trabajo profesional' incorpora al presbiterio el mundo civil, con todo lo que conlleva de pluralismo, así como el mundo de la familia.

Pinillos precisó que viviendo desde dentro la familia, cambiaría el modo de hablar de los eclesiásticos cuando se refieren a temas como el afecto o la sexualidad, entre otros.

Algunos grupos de sacerdotes casados están convencidos de que en medio siglo será abolido el celibato, aunque la mayoría piensa que ni durante este papado y tal vez ni en el siguiente se producirá el cambio.

En el último Sínodo de Obispos, celebrado en octubre de 2005 en el Vaticano, los prelados mantuvieron la necesidad de mantener el celibato, lo que fue apoyado incluso por prelados de las iglesias orientales, que permiten la ordenación de sacerdotes casados.

'Hay un aprecio por el celibato sacerdotal', dijo en aquellos días el cardenal de Santiago de Chile, Francisco Javier Errazuriz Ossa, que manifestó que los prelados de las iglesias católicas de rito oriental contaron que los sacerdotes casados se pueden convertir 'en un problema'.

Ello debido a que tienen esposa e hijos y en muchos casos tienen menos tiempo para estudiar, menos disposición para trasladarse de un lugar a otro y presentan problemas para mantener a la familia, según dijo el obispo ucraniano Sofron Stefan Mudry.

Mudry contó que en su diócesis (eparquía), de 400 sacerdotes, 360 están casados y que tienen muchos problemas. 'Algunos tienen cinco hijos, otros no tienen casas y con la familia es difícil cambiar de ciudad debido a los estudios de los hijos, etc. Se presentan numerosos problemas', precisó.

El obispo ucraniano añadió que en los últimos tiempos se tiende a potenciar primero al sacerdote célibe 'si queremos salvar nuestra iglesia', afirmó.

Aunque los obispos son conscientes de la falta de sacerdotes, consideran que la solución no es abolir el celibato y tampoco los sacerdotes casados, y a este respecto el patriarca de Venecia, el cardenal Angelo Scola, dijo que el sacerdocio es un don y la Iglesia no es una empresa '¿cuándo se puede afirmar que faltan curas o no?.

El celibato para los curas católicos se estableció en el año 1139 durante el Segundo Concilio de Letrán. Desde el siglo XV se han levanto voces contra el mismo."

+ Milingo y los obispos casados piden un cambio "dentro de la iglesia".

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