sábado, septiembre 15, 2007

Quitarle el romanticismo a la guerrilla

Han existido grupos armados de izquierdas y de derechas, pero siempre quieren ganar esa aura de romanticismo, de luchar por el pueblo y ser lo buenos. Pero no lo son. Matar en nombre del bien es lo mismo que han hecho dictadores de todo signo. El EPR - dicen que fue, pero aún no lo creo - afirma haber sido el culpable de sabotaje a los ductos de Pemex, y dice hacerlo porque lucha contra el "fascismo" de la "oligarquia". ¿Acaso no se dan cuenta que Pemex no es de Calderón ni del PAN, sino que lo han construido los impuestos de generaciones de mexicanos? ¿No se dan cuenta que dejar sin energía a empresas como Nissan o la Volkwagen no las perjudica directamente a estas, sino a la estabilidad de los empleos de miles de obreros mexicanos? Si no hacen, es porque su soberbia es tremenda, y fatal.

Fernando Araújo estuvo secuestrado por la FARC durante seis años en Colombia, quienes lo hacían argumentando luchar por el pueblo contra la "oligarquia". ¿Su delito? Trabajar por un gobierno democraticamente electo. Y es que muchas guerrillas aún creen que la democracia es un artilugio burgués... que el pueblo es manipulable por el capitalismo. Ojalá pudieran leer estudios modernos de comunicación y ver que es al contrario: los consumidores mandan a los medios. Y la democracia no fortalecer a los monopolios, sino que a la larga distribuye el poder. Solo vean como el poder del PRI o de la iglesia católica ha menguado en solo 30 años.

Hay que quitarle esa aura de romance a la guerrilla. Fernando Araújo pudo escapar de las FARC, corriendo cinco días en la selva. Hoy es ministro de exteriores de Colombia y quiere que los europeos entiendan que es la guerrilla, y como sucedió con el caso del EZLN, aprendan a dejarlas de ver como el "buen salvaje" roussoniano. Porque las balas no son votos, y los cuerpos no son urnas. La democracia sirve - solo vean la India y comparénla con Cuba. Que causa debate y ruido, claro, pero es mejor que el sonido de las disparos de quienes dicen decidir por el pueblo.

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