lunes, marzo 03, 2008

Norberto Rivera, mentiras y dinero

Copio de El Norte de Monterrey:


El Evangelio de Norberto

Ximena Peredo

3 de Marzo, 2008


Cuando el viernes pasado vi en la sección Empresas al sonriente y vivaracho Cardenal Norberto Rivera cortando el listón inaugural del 40 West, un fastuoso restaurante propiedad de Juan José Rojas Cardona, "el zar de casinos", quien sufriera un atentado hace tan sólo dos meses, me asaltó una insospechada certeza: ¡he malinterpretado por años el mensaje de Cristo! No soy más que una oveja sorda y necia del rebaño del pastor Rivera Carrera. Ahora comienzo a entenderlo.

En mi defensa, sin embargo, puedo decir que es comprensible que surjan malos entendidos sobre un mensaje lanzado hace casi dos mil años. Si el santo Jerónimo pudo equivocar una palabra en la traducción de los evangelios, ¡cuánto más podríamos haber perdido de la esencia del mensaje en tantos años de persecución, de batallas sangrientas, de conquista religiosa! Ante semejante confusión, respiro y no entro en pánico, pues tenemos a Norberto Rivera, que en su diario caminar va recuperando para nosotros esas partes perdidas del mensaje de Jesús de Nazareth.

Ahora entiendo que Jesús no tenía ningún tipo de preferencia por los pobres, antes bien, disfrutaba estar con gente pulcra, elegante y millonaria que tuviera delicados regalos y suculentas limosnas. El Cardenal Primado, iluminado como está, no dice esto de dientes para afuera como los fariseos, ¡predica con el ejemplo, que es mucho más cristiano! En el documental "Fraude. México 2006", de Luis Mandoki, lo vimos a la izquierda del ex Presidente Carlos Salinas, a quien llamó fraternalmente don Carlos Salinas y por quien alzó una plegaria al Cielo, pidiendo a Dios que lo protegiera.

Jesús protegía a los depravados y peleó por mantener el prestigio de su incipiente movimiento. Si no fuera así, no entendería a qué Jesús obedece el Cardenal Rivera, quien estuvo bajo investigación en Los Ángeles, California, por el delito de encubrimiento del sacerdote pederasta Nicolás Aguilar, a quien decidió enviar a la Diócesis de Los Ángeles luego de enterarse, como Obispo de Tehuacán, de las agresiones y abusos sexuales cometidos por Aguilar en una parroquia bajo su custodia.

¿Qué sostiene a Norberto Rivera al frente del catolicismo mexicano? Pareciera que existen dos versiones de la Iglesia y, por consiguiente, dos versiones de Jesús. Me queda claro que el Jesús de Rivera Carrera es este hombre ensortijado y opulento que sonríe para las cámaras de revistas del corazón en donde posa abrazando a poderosos personajes de la política, lo mismo que el Cardenal Sandoval Íñiguez que, aunque exonerado después, fue investigado por la PGR por lavado de dinero en la modalidad de "narcolimosnas".

Las autoridades eclesiales del más alto rango en México son investigadas por encubrimiento de pederastas y por lavado de dinero; se codean con el poder económico y político para luego intercambiar favores y prefieren mil veces solapar el abuso del patrón que defender al débil. No sé qué es más vergonzoso, si que el Cardenal esté involucrado en uno de los más aberrantes delitos o la complicidad silente de la mayoría de la Iglesia que prefiere negar la enfermedad que padece hoy la institución antes que conmoverse y luchar por la reparación del daño a las víctimas y sus familiares.

Por mucho tiempo, hemos diferenciado entre la conducta vergonzosa de las autoridades eclesiales y el Evangelio de Jesús, como si fueran tan distintas que no se tocaran. Sin embargo, los excesos en la conducta de este Cardenal ya comienzan a lastimar la esencia del cristianismo. Con la anuencia de la mayoría de los sacerdotes, religiosas y feligreses, este Cardenal manipula el mensaje de Jesús a su conveniencia. Me pregunto en qué versión de Jesús creerán las futuras generaciones.


ximenaperedo@yahoo.com.mx


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